Hablar de Social Media Restauranting (SMR), Social Media Gastronómico, o lo que es lo mismo, hablar de Redes Sociales vinculadas con el sector hostelero y/o agroalimentario nos lleva, inevitablemente a referirnos al cada vez más autodenomidado como movimiento o fenómeno foodie.
El término, acuñado en el año 1984 por Paul Levy, Ann Barr y Mat Sloan en su libro, The Official Foodie Handbook (El manual oficial para los foodies), hace referencia a los amantes de la comida, y todo lo que esta representa. Son curiosos. Quieren comer, saber lo que comen, aprender a cocinarlo, conocer como se produce. No son gourmets, en tanto en cuanto no necesariamente buscan la excelencia ni son profesionales de este gremio. Acuden a ferias, jornadas, eventos y certámenes de todo tipo vinculados con la gastronomía y los productos agroalimentarios. Se documentan y devoran canales temáticos en TV o internet. Son consumidores de gastronomía en todos los aspectos imaginables pero además, por su pasión, conocimiento y devoción. se convierten en importantes prescriptores para productos alimentarios y establecimientos hosteleros.
Internet es para ellos una fuente inagotable de información con la que además contribuyen a través de sus opiniones en redes sociales como Facebook o plataformas de opinión como TripAdvisor. Muchos foodies poseen incluso blogs propios donde cuentan sus experiencias gastronómicas o nos enseñan a elaborar exquisiteces de todo tipo con sus propias recetas.
Que el movimiento, con el anglicismo foodie como definitorio, naciese pues en EEUU en la década de los 80, no fue fortuito. A la máxima, popularmente extendida, de la inexistente cultura gastronómica de los norteamericanos surgió como contraposición, una cada vez mayor preocupación por la comida y todo lo que esta representa, quizás derivada por los graves problemas alimenticios y de obesidad infantil de su población.
Los términos anglosajones, tags y etiquetas nos engullen. Es cierto. Visto lo visto los asturianos, hemos descubierto que hemos sido foodies, sin saberlo, a lo largo de toda nuestra historia.
Tenemos los habitantes de esta tierra en nuestro haber el ser el único pueblo, que habla de comida, antes, durante y después de comer. Mientras devoramos un buen potaje a mediodía ya estamos planificando que vamos a fagocitar a la hora de la cena. En Asturies se celebran incontables jornadas temáticas de cocina, “jornadas gastronómicas” las acuñamos allá por los años 80 precisamente cuando nacían los foodies por territorio yankee. Celebramos ferias y certámenes gastronómicos a lo largo y ancho de toda nuestra geografía durante todo el año (dudo de que exista un solo fin de semana del calendario en el que no se celebre en Asturies algún evento relacionado con nuestra gastronomía). Por eso, con la socarronería característica de este pueblo, estamos en disposición de aseverar que Asturies ye foodie y lo demás tierra conquistada.
Pero además, por todo esto, también somos lugar de culto para foodies, para aficionados y amantes de la gastronomía de todo el mundo. Solo debemos de ser fieles a nuestra cultura y herencia gastronómica, a nuestra calidad, a nuestro producto… Y procurar una excelente comunicación online que predique dónde estamos, quiénes somos y qué tenemos que ofrecer empleando las nuevas herramientas que el universo social media ha puesto a nuestro alcance.
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