1.- Siempre que compremos un Queso de Cabrales o una cuña del mismo para llevar a nuestro domicilio tras pasar unos días en Asturias, pediremos que nos la envasen al vacío.
2.- Como lo más seguro es que no podamos trasladar nuestro exquisito Queso de Cabrales en un ambiente refrigerado, recomendamos depositarlo nada más adquirirlo en una bolsa térmica ubicada en un lugar donde evitemos la acción directa de los rayos del sol.
3.- Aún así, tras el viaje hasta nuestro destino, lo más seguro es que nos encontremos con que nuestro queso se ha ablandado o incluso perdido sueros. No nos asustemos. Introduzcamos el queso en el refrigerador durante unas horas para que recupere su textura y posteriormente saquémoslo de la bolsa de vacío. Si hacemos esto a temperatura ambiente los olores desprendidos serán mucho más intensos y la perdida de sueros excesiva pudiendo llegar a resecarse el queso.
4.- El Queso de Cabrales deberá de conservarse a partir de este momento en la parte baja del frigorífico, envuelto o recubierto con un paño húmedo.
5.- Sacaremos del frigorífico la pieza siempre, al menos, una hora antes de su consumo para disfrutar del aroma, intensidad y sabor del exquisito Queso de Cabrales en toda su plenitud.
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